lunes, 2 de febrero de 2015

SEGUNDO TRAMO





El segundo tramo, El Bulevar, entre la Red de San Luis y Callao, se realizó en los siguientes cuatro años, entre 1917 y 1922, aunque la entrega definitiva de obras fue el 20 de agosto de 1927. Se denominó avenida de Pi y Margall, en recuerdo del que fuera presidente de la Primera República Española.

Para la construcción de esta segunda fase se tuvieron que demoler 125 fincas y cuatro calles, transformándose otras trece. Entre ellas desapareció todo el tramo de la calle Jacometrezo que iba desde la plaza de Callao hasta la Red de San Luis, ya que su trazado sirvió de guía aproximada para la construcción de este segundo tramo.

En la manzana 343 estaba la iglesia de San Luis, que dio nombre a la Red de San Luis y que sobrevivió a la construcción de la Gran Vía pero fue destruida durante la Guerra Civil. También en esta manzana, en el número dos de la calle de Jacometrezo, estaba la casa por la que se pagó el precio más alto en las expropiaciones de la Gran Vía: 770.439 pesetas.

En 1921, antes de finalizar las obras, se constató que el bulevar arbolado del proyecto original dificultaría el tráfico rodado, por lo que se decidió suprimirlo. Se construyeron en este tramo doce manzanas nuevas, una de las cuales alberga el Edificio Telefónica, que en su época fue el rascacielos más alto de Europa. En 1922, Horacio de Echevarrieta y Mauri se hizo cargo de las obras de construcción de la Gran Vía, en sustitución de Martín Albert Silver.

El segundo tramo de la Gran Vía discurre desde la Red de San Luis (intersección de las calles de la Montera y Gran Vía) en meseta hasta la plaza del Callao. Sus obras de demolición comienzan el 4 de febrero de 1917 y transcurren a lo largo de la calle Jacometrezo. Esta vieja calle era de mayor longitud y más poblada que la de San Miguel. Se respetaron la mayoría de las calles perpendiculares. En este tramo se derribaron 125 fincas, y desaparecieron las siguientes calles: Jacometrezo (fue derribada parcialmente ya que existe en la actualidad), así como las calles de San Jacinto, Leones, y Travesía del Desengaño. La demolición terminó a mediados de 1921. Las obras de infraestructura comenzaron de inmediato y acabaron en 1922. Este segundo trozo fue concebido más ancho, e introdujo más cambios que el primero. El nombre dado a este tramo es Avenida Pi y Margall mediante acuerdo municipal de 5 de abril de 1918, la Plaza de Callao se finalizaría el 20 de agosto de 1927. El tramo, que transcurre horizontalmente nivelado por la acrópolis de la ciudad fue ideado inicialmente como un bulevar, pero en 1921 el Ayuntamiento decide dedicarlo al tráfico rodado debido al creciente número de vehículos.

En el segundo tramo se ubican pronto el domicilio social de importantes compañías españolas, entre ellas sobresale la Telefónica Nacional de España. El Edificio Telefónica (situado en Gran Vía 28) se comienza a construir entre 1926 y 1929, y fue el primer rascacielos construido en Europa, además del rascacielos más alto de Madrid desde esa fecha hasta 1953, en que el Edificio España, a una distancia de casi medio kilómetro, en la plaza de España, le arrebató el puesto. Los Hoteles dominaron este tramo desde sus inicios, el Hotel Gran Vía (nº 25) se construye entre 1920 y 1925 bajo el diseño de Modesto López Otero, en sus bajos estuvo durante la década de los noventa la tienda Madrid Rock.

En el número treinta se encuentra la única casa proyectada por el arquitecto López Salaberry (en colaboración Teodoro Anasagasti) por encargo del marqués Fontalba. En los bajos de este edificio se estableció el Antiguo Teatro Fontalba inaugurado el 21 de octubre de 1924, representándose La verdad sospechosa de Jacinto Benavente. En 1954 se derribó el edificio teniendo el honor de ser la primera casa derribada en la Gran Vía. La fachada permaneció y en 1992 es reformado con una fachada de cristales oscuros por el arquitecto Federico Echeverría Sainz. En los bajos del treinta y uno (casa Patuel) se establecía el Café Zahara. El segundo tramo fue desde sus inicios afectada por la moda emergente en los años veinte: los centros comerciales como lugares de consumo.6 Uno de los primeros locales comerciales en construirse en este tramo es la casa Matesanz (número 27) que en 1923 diseña el arquitecto Antonio Palacios Ramilo. En sus bajos se encontraba el Café Spiedum famoso en las décadas de los cuarenta y cincuenta por sus terrazas. El número treinta y dos se establecieron en 1924 los Almacenes Madrid-París en un edificio de mayor tamaño que la de Matesanz. En 1933 tras su quiebra dejara lugar a los Almacenes SEPU (Sociedad Española de Precios Únicos) inaugurados por Asuara (abiertos hasta octubre de 2002). Alojará una cadena de radio desde la que se emitirán los programas de más audiencia.36 Las cadenas de emisión radiofónica, como la Cadena SER llevaban emitiendo desde comienzos de los años treinta. Otro de los cafés de este tramo fue el Fuyma, un local de tertulias y terraza en los periodos veraniegos. Esta terraza vivió el esplendor de los treinta y acabó cerrando en 1995.

Siguiendo la tradición librera de la calle Jacometrezo, en 1923 se construye el edificio de la Casa del Libro, se trata de una de las primeras grandes cadenas de librerías en Madrid, sede de la editorial Espasa-Calpe. En el edificio, obra del arquitecto José Yarnoz Larrosa se establece la redacción de la Revista de Occidente, que permaneció operativa hasta 1936. La Unión Relojera Suiza fue fundada por Alejandro Grassy en el año 1923 con el objetivo de representar a las más importantes fábricas suizas de relojería. Muy popular se hizo la expendedora de lotería "Doña Manolita" que desde 1931 se estableció en el número 31.

Los proyectos urbanísticos de modificación del trazado no cesaban de surgir, a pesar de estar la ciudad en obras. Un ejemplo se puede ver en el ingeniero José Luis Oriol, que durante el proceso de derribos del segundo tramo: en 1919, presenta una nueva propuesta de operación viaria, desde la glorieta de Bilbao presenta un ensanche similar al realizado pero que une con la de Callao (por aquel entonces no se había edificado en Palacio de la Prensa). Este plan fue criticado por la Junta Consultiva del Ayuntamiento y finalmente desestimado por conducir todo el tráfico del norte a la puerta del Sol, algo que se quería evitar desde sus inicios.

El ambiente social y financiero durante la construcción de este tramo coincide con el periodo de los felices años veinte. El empleo del automóvil va creciendo a un gran ritmo, sobre todo desde el final de la Primera Guerra Mundial. Aparece el teléfono como nuevo medio de comunicación, substituyendo a la telegrafía. Los conceptos de la City Beautiful que inspiraron al primer tramo, dan paso a la novedosa escuela de Chicago. En arquitectura se comienza a emplear nuevos materiales como el hormigón armado. Los gustos artísticos han cambiado desde el comienzo de los derribos, y de la moda del historicismo se pasa a la predilección del futurismo.

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