La Gran Vía es una de las principales calles de Madrid. Comienza en la calle de Alcalá y termina en la Plaza de España. Es un importante hito en la ciudad desde el punto de vista comercial, turístico y de ocio. En éste último aspecto es famosa por sus cines, si bien en los últimos años algunos de ellos han cerrado y otros se han reconvertido con gran éxito al teatro musical, por lo que el tramo comprendido entre la Plaza de Callao y la de España se conocía como el broadway madrileño.
El tramo comprendido entre la Red de San Luis y la Plaza de Callao alberga en la actualidad numerosas tiendas de cadenas internacionales de moda. Ya desde mediados del siglo XIX se venía pensando en la apertura de una vía que comunicara el noroeste y el centro de la ciudad y facilitara el tránsito por el entramado de callejuelas que conformaban el centro histórico de la ciudad, abriéndolas así hacia el ensanche proyectado por Carlos María de Castro.
En 1862, tras la reforma de la Puerta del Sol realizada cinco años antes y la posterior prolongación de la calle Preciados hasta la zona de la actual plaza de Callao, la Junta Consultiva de Policía y Ornato del Ayuntamiento elaboró un primer proyecto consistente en la prolongación de la citada calle hasta la plaza de San Marcial, donde actualmente se encuentra la Plaza de España, para lo que, entre 1862 y 1868 se crea la plaza de Callao. El plan, para el que se expropiaron más de 30 solares y que contemplaba la creación de una vía de 13 metros de ancho, no llegó a realizarse.
El 3 de marzo de 1886 se aprobó el Proyecto de prolongación de la calle Preciados, describiendo una gran avenida transversal este-oeste entre la calle de Alcalá y la plaza de San Marcial, obra del arquitecto Carlos Velasco, que ofrecía tres alternativas para unir la calle de Alcalá, desde la iglesia de San José, con la actual plaza de España.
El proyecto presentaba una avenida de 25 ó 30 metros de ancho con glorietas en los cruces con las calles más importantes. Este proyecto fue el origen de la zarzuela La Gran Vía, con música de Federico Chueca y libreto de Felipe Pérez y González. La obra, estrenada el 2 de julio de ese mismo año y que cosechó un gran éxito, recoge el sentir popular sobre la transformación que suponía la construcción de la nueva vía. El proyecto tampoco se llevó a cabo por la oposición de los vecinos, la falta de presupuesto y la muerte de Velasco en 1888. Como dato curioso, aunque ya presente en otras calles similares de ciudades europeas, se puede señalar que Velasco propuso pavimentar la calzada con madera.
El tramo comprendido entre la Red de San Luis y la Plaza de Callao alberga en la actualidad numerosas tiendas de cadenas internacionales de moda. Ya desde mediados del siglo XIX se venía pensando en la apertura de una vía que comunicara el noroeste y el centro de la ciudad y facilitara el tránsito por el entramado de callejuelas que conformaban el centro histórico de la ciudad, abriéndolas así hacia el ensanche proyectado por Carlos María de Castro.
En 1862, tras la reforma de la Puerta del Sol realizada cinco años antes y la posterior prolongación de la calle Preciados hasta la zona de la actual plaza de Callao, la Junta Consultiva de Policía y Ornato del Ayuntamiento elaboró un primer proyecto consistente en la prolongación de la citada calle hasta la plaza de San Marcial, donde actualmente se encuentra la Plaza de España, para lo que, entre 1862 y 1868 se crea la plaza de Callao. El plan, para el que se expropiaron más de 30 solares y que contemplaba la creación de una vía de 13 metros de ancho, no llegó a realizarse.
El 3 de marzo de 1886 se aprobó el Proyecto de prolongación de la calle Preciados, describiendo una gran avenida transversal este-oeste entre la calle de Alcalá y la plaza de San Marcial, obra del arquitecto Carlos Velasco, que ofrecía tres alternativas para unir la calle de Alcalá, desde la iglesia de San José, con la actual plaza de España.
El proyecto presentaba una avenida de 25 ó 30 metros de ancho con glorietas en los cruces con las calles más importantes. Este proyecto fue el origen de la zarzuela La Gran Vía, con música de Federico Chueca y libreto de Felipe Pérez y González. La obra, estrenada el 2 de julio de ese mismo año y que cosechó un gran éxito, recoge el sentir popular sobre la transformación que suponía la construcción de la nueva vía. El proyecto tampoco se llevó a cabo por la oposición de los vecinos, la falta de presupuesto y la muerte de Velasco en 1888. Como dato curioso, aunque ya presente en otras calles similares de ciudades europeas, se puede señalar que Velasco propuso pavimentar la calzada con madera.